viernes, 5 de marzo de 2010

Para arriba!


Amigas y amigos:

Desde el sábado me estoy acostando a esta hora, atontada de tanta noticia, adolorida de cuerpo y alma con tanta destrucción y pena, sobre todo pensando en los niños y niñas... muertos, perdidos, heridos, solos... qué impotencia siento en las manos, qué ganas de poder abrazarlos a todos así como hoy lo hago con mi Amanda, que mientras el terremoto nos zarandeaba abrazadas en nuestra puerta me miraba con sus ojos muy abiertos (sí, es posible que mi hija tenga aún más grandes sus ojazos) y sin hablar me decía: "qué es esto mami? qué pasa?", y que por suerte a los cinco minutos ya se estaba riendo en su cuna, seguro de mí y mi pinta de desastre...

Hoy me quiero dormir con una sensación distinta; me acordé de esta foto que han mostrado en muchas partes estos días y que me encanta, averigué más sobre ella y al parecer el hombre que sostiene la bandera se llama Bruno Sandoval y es de Pelluhue, un pueblo precioso donde hace unos años pasé un tarde exquisita. Hay un par de inútiles peleando en un blog por ahí sobre si la foto es auténtica, o cliché, o poco natural (no faltan los tarados! Lo sabemos de sobra por estos días...), pero a mí me llena el corazón ver ese contraste y pensar que incluso en medio de la tragedia y el cansancio hay esperanza; que de algún lado, juntos, sobre todo desde nosotros a los que este terremoto y maremoto apenas nos rozó, vamos a sacar fuerzas para seguir adelante... ni alarmas falsas o poco claras, ni alcaldesas histéricas, ni saqueadores ni delincuentes nos pueden robar el alma, ésa que se muestra entera y firme en la mamá que caminó 15 horas para encontrar a su hijo en Curanipe, en la señora que perdió todo pero dice "los que me conocen saben que me voy a levantar", en todos los que repiten "pero lo más importante es que estamos vivos"... qué cliché, no? pero qué cierto!

Mañana en la pega la voy a imprimir y la pegaré en la ventana de mi auto, y escribiré "Vamos Chile!", porque tengo ganas de empezar a regalar fe por la calle, así como mi Amanda, que el sábado en la tarde salió a pasear por su barrio para airearse un poco y le regaló "holas" y "sonrisas" a cada maipucino que se le cruzó por delante. Sólo falta que llegue mi hermano del sur para darle un abrazo, y eso será mañana parece, por fin.

Los invito a que todos los que quieran hagan un gesto de cariño para el resto, creo que lo necesitamos mucho.
Ah! y por supuesto pónganse con don Francis! O hagan lo que mejor puedan para colaborar.

Un abrazo fuerte para cada una y uno
Sole

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